Vuela alto, lo más alto que puedas, pregúntate que estás haciendo con tu vida cada día, cada mañana, pregúntate si eres feliz, pregúntate si realmente estás escuchando lo que te piden, si quieres escucharlo.
A veces es difícil aceptar, las cosas no son siempre como queremos, no son siempre como habíamos imaginado, no siempre encontramos respuesta pero porque no la buscamos lo suficiente, nos aterra salir a la carretera, nos atemoriza enfrentarnos a ella.
Hacer lo que uno piensa que quiere no siempre parece lo adecuado, y es entonces cuando aparecen las dudas, las dudas hacia uno mismo, sobre si será capaz.
Contamos las veces que nos equivocamos en nuestras vidas, conocemos de memoria cada una de las piedras en las que hemos tropezado (eso no evita el volver a tropezar) nos quedamos noches en vela pensando en que ojalá no hubiéramos dicho algo, o al contrario, sin parar de cuestionarnos el porque no fuimos capaz de decirlo... No hay nadie que se libre de la duda, es algo que nos persigue.
La cosa está en que la vida sigue, no espera a nadie, y nosotros tenemos que seguir viviendo y la mejor manera de hacerlo es buscando aquello que te haga disfrutar de tu día a día, la monotonía no es problema si nos sentimos realizados, las noches se vacían miedos y se llenan de sueños. "La vida es de los que arriesgan", de los que buscan sin parar y se dejan encontrar, de los que se entregan sin miedo a perder, de los que dan aunque se queden sin recibir. ¿Habrá algo mejor que hacer a alguien feliz? La vida se convierte en sueño cuando haces caso a tu corazón.
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